jueves, 13 de marzo de 2008

Uribe, es el mejor pero no puede seguir solo



No es posible que un solo hombre pueda cargar con el peso del manejo de un país como Colombia.

El presidente Uribe, hace lo que más puede, con su gran capacidad de trabajo, su inteligencia, su astucia, su osadía y, por qué no, su actitud retadora ante sus enemigos.

Colombia esperó durante mucho tiempo que surgiera un líder así. Ahora que parece que lo ha encontrado, no se quiere desprender de él.

De ahí la razón por la cual su nivel de aceptación sube cada vez que pasa por dificultades o sus contradictores lo ponen a prueba.

Ya lo había demostrado internamente, con unos opositores encarnizados que lo llamaban mafioso, paramilitar, politiquero embozado, en fin, ni para qué recordar lo que el ex presidente Andrés Pastrana ha llegado a decir de Uribe cada vez que no está al servicio del mandatario antioqueño.

Y lo mismo pasaba con César Gaviria, el ex mandatario que dirige una supuesta oposición a Uribe desde el Partido Liberal,

Gaviria se volvió gobiernista desde cuando se dio cuenta que su popularidad descendía cada vez que atacaba a Uribe.

Pero el presidente no había sorteado pruebas con rivales del exterior.

Y tuvo que hacerlo, después de quedar incurso en la violación de la soberanía ecuatoriana con el operativo que condujo a la muerte de Raúl Reyes.

Se le vinieron encima Rafael Correa, el agredido, Hugo Chávez, el metido y Daniel Ortega, el aprovechado; y también le mostraron mala cara la presidenta de Argentina Cristina Kichtner (que no tiene que hacer mucho esfuerzo para aparecer brava), la señora chilena Michelle Bachelet y el indígena boliviano Evo Morales. Y soterradamente el brasileño Lulla Da Silva le hacía también el feo.

Y a todos se les impuso en la reunión de República Dominicana.

Bien, todo bien. Con Uribe hay un gran líder, que sale y da la pelea a quien lo reta y se echa encima las responsabilidades de gobernar un convulsionado país, que no es entendido ni apoyado por los demás del área y que es sinónimo de territorio de miedo.

Pero eso no nos debe bastar. El presidente Uribe tiene que contar con el apoyo de muchos otros colombianos que tienen como él, amor por la patria, capacidad intelectual y manejo político.

Lo que debe hacer el país es pedirle a Uribe que se deje rodear de buenos consejeros, que nombre ministros a personas que tienen experiencia en la administración pública y que convoque a todos los sectores políticos, económicos y sociales para la empresa de conducir el país hacia un escenario donde haya justicia social, como presupuesto necesario para desmontar los factores objetivos de la violencia.

Si el presidente congrega a su alrededor a personas de altas calidades, y permite que cada uno de sus subalternos aporte lo mejor de sí, estamos seguros de que la Reforma Constitucional que está proponiendo el partido de la U para permitir un nuevo mandato de cuatro años de Alvaro Uribe, se va a convertir en un mandato nacional para que su gobierno sea indefinido.

Hasta que las fuerzas le aguanten a Uribe.

Puede ser lamentable para el relevo generacional, pero es bueno para que la estabilidad de una política que está dando resultados en la confianza de la gente, se prolongue el mayor tiempo posible para salir del túnel horroroso en que nos metieron en los últimos cien años políticos inescrupulosos que solo pensaron en su bienestar y enriquecimiento personal y no en la prosperidad del pueblo y la estabilidad de la República.