miércoles, 8 de agosto de 2007

"Chupeta", el más sangriento de los narcotraficantes, pagará todos sus crímenes en Estados Unidos


A pesar de sus cambios de rostro, Juan Carlos Ramírez Abadía alias "Chupeta" no pudo eludir la tenaz persecusión de que era objeto desde hacía dos años, cuando huyó de Colombia, exactamente de su Valle del Cauca, dejando tras de si una sendero de violencia, muertes, venganzas pero, como era obvio,llevando el negocio de tráfico de toneladas de cocaína.

Abadía Ramírez, antiguo chofer de los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, se inició a los 20 años en la delincuencia. Era un aventajado estaudiante de secundaria de uno de los colegios de clase A en Cali.

Se hizo a la confianza de los Rodriguez Orejuela y eso le mereció que lo llevaran en "viajes" de coca.

Después de enviar más de 30 toneladas de estufepaficentes a los Estados Unidos, se sometió a la justicia en 1996 con base en los decretos del Gobierno de Gaviria, que fueron luego aprobados por el Congreso, cuando era ministro de justicia Andrés González.

Fueron 4 años no más los que pagó por su pasado criminal, pero reincidió.

Esta vez con más fuerza que antes, porque ocupó los espacios que dejaban sus antiguos patronos, los Rodriguez Orejuela.

Durante su permanencia en la cárcel, hizo amistad entrañaable con Víctor Patino Fómeque, a quien luego traicionó y se dedicó a exterminarlo a él, a sus familia y a sus compinches.

Por lo menos 320 muertos dejó la vendetta que desataron los amigos y los enemigos de "Chupeta".

Su fuga hacia Brasil, era una forma de escapar a una muerte segura.

Cambio de País, cambió de identidad en los papeles, cambio de rostro físico y hasta cambió de amigos. Pero de lo único que no cambió y que llevó tras las rejas, fue su alma de mafioso.

Siguio delinquiendo. Siguió manejando a distancia un negocio del que no podía escapar y siguió con sus gustos mafiosos, que no le permitían ocultarse por más que se hubiera enterrado en el fin del mundo.

Toda esa secuela sangrienta, la llevara "Chupeta" ante los jueces de Estados Unidos.

Lo paradójico es que el fiscal General Mario Iguarán en una sorpresiva declaración, dijo que esperaba que Brasil emviara a Colombia y no a Estados Unidos a Chupeta.

Será que veremos en repetición el caso de Gilberto Rodriguez Orejuela y Jorge Luis Ochoa Vásquez, que fueron detenidos en España y el gobierno de entonces, Belisario Betancur presidente y Augusto Ramírez Ocampo canciller, se empeñó en que los dos debían ser entregados a los jueces colombianos y a los Estados Unidos que los habían pedido en extradición.

Ganaron Belisario y Ramírez Ocampo. Y dicen que ganaron mucho los magistrados de la Asamblea Nacional que recibían maletines llenos de dólares para que decretaran el envío de Rodriguez y Ochoa a Colombia.

Con el anuncio del Fiscal, estaremos ahora ante una repetición de ese lamentable episodio del gobierno Betancur?