A medida que avanza la versión libre de Salvatore Mancuso ante la Fiscalía, me ratifico en mi sentimiento, que adquirí desde joven: Colombia es un país donde viven los mentirosos más imaginativos del mundo.
Mejor dicho, este país es de políticos de la peor ralea, peligrosamente imaginativos, capaces de cometer un crimen para sostener su mentira.
En este bello país, mi país, el delincuente es sorprendido in fraganti y niega todo.
El cuchillo sangrante o el arma caliente,le acaba de caer en las manos.
Sus huellas en la escena del crimen las llevó alguien para hacerle daño.
Su abultada cuenta bancaria y sus extensas posesiones terrenales son fruto de su tesonero trabajo y no de actividades ilícitas como dicen sus acusadores.
Las acusaciones que hacen en su contra son venganzas inventadas por los enemigos a los cuales combatió.
Para completar, esos políticos, que digo son mentirosos de la más baja condición, han pasado por la prensa colombiana, son dueños o son amigos influyentes de quienes dirigen los medios de comunicación nacional.
Que han utilizado la prensa para promover sus odios, para transmitir su vindictas, para castigar a sus contradictores o para acallar a sus opositores.
Han inventado historias contra personas honorables (padre Nel Beltrán), han permitido las publicaciones de versiones recortadas y tremendamente dañinas para la honra de las víctimas.
Han señalado como delincuente a alguien que al día siguiente los integra a sus actividades políticas y se convierte en el más honesto del mundo.
En el medio donde son directivos han divulgado piezas procesales que son reversa del sumario, o han propalado testimonios de bandidos para afectar a sus enemigos.
Han hecho de sus vidas una lamentable expresión del libertinaje sexual y del consumo de una sustancia química por la cual se ha hecho tristemente célebre del nombre de Colombia en el mundo.
Y cuando alquien, en este caso un ruin delincuente como Mancuso, los sindica a ellos de haber sostenido encuentros clandestinos, promovido grupos ilegales e instigado actuaciones subversivas, entonces dicen que son víctimas de una gran mentira.
Quién es más mentiroso? El delincuente que se arrepiente y confiesa?
O el hombre que aparenta ser honesto y para seguir tapando sus mentiras pide que la prensa no divulgue piezas procesales, no acepte como válidos los testimonios de bandidos y califiquen de conspiradores y subversivos a quienes buscan la verdad verdadera?
Quien es más mentiroso: Salvatore Mancuso o sus nuevos contradictores, "Pachito " Santos y Juan Manuel Santos?.
